Conclusión
Lo que nos lleva
a rechazar la nueva poesía es, por lo general, su complejidad, su aparente
opacidad, o su importante falta de simetrías. De hecho, según hemos visto,
Ashbery deliberadamente eligió abandonar la antigua y poco original dicción,
limpia y pura y su estructura por concentraciones menos melodiosas: desoladores
collages, parodias, prosas irónicas. El sentido de la belleza en la obra de
Ashbery incluye el sentido de coherencias degradas que, sin embargo, se debe
prescindir.
El desafiante y
divertido uso de una prolífica falta de forma como tema y estilo en Ashbery ha
sido la más agobiante para él y para nuestro texto. Su poesía trata las
opacidades del contexto que parecieran contrastar solo con el silencio. La
oscuridad en Ashbery es más bien clara, señalando la ruptura de la causalidad
del arte y del pensamiento contemporáneo. Ha extendido su visión hacia terrenos
donde estar en el mundo es extraño y auto desgastante y el contenido
lingüístico se halla singularmente desordenado o hermético. Una de las
funciones centrales de la poesía “abstracta” es tener conciencia de ella como
una palpabilidad no-discursiva. Tal poesía se involucra sobre todo sin suelo
firme. Ese es el “sentido de la falta de sentido”, y las perspicaces
intimidades de Ashbery reafirman nuestro elaborado sentido de la seguridad de
no estar seguros.
David
Shapiro, New Wark, 1947
En John Ashbery, An Introduction to the Poetry,
Columbia University Press, New York, 1979
Traducción
de Silvia Camerotto©