sábado, 28 de abril de 2018

david shapiro. sobre john ashbery



Conclusión

   Lo que nos lleva a rechazar la nueva poesía es, por lo general, su complejidad, su aparente opacidad, o su importante falta de simetrías. De hecho, según hemos visto, Ashbery deliberadamente eligió abandonar la antigua y poco original dicción, limpia y pura y su estructura por concentraciones menos melodiosas: desoladores collages, parodias, prosas irónicas. El sentido de la belleza en la obra de Ashbery incluye el sentido de coherencias degradas que, sin embargo, se debe prescindir.
   El desafiante y divertido uso de una prolífica falta de forma como tema y estilo en Ashbery ha sido la más agobiante para él y para nuestro texto. Su poesía trata las opacidades del contexto que parecieran contrastar solo con el silencio. La oscuridad en Ashbery es más bien clara, señalando la ruptura de la causalidad del arte y del pensamiento contemporáneo. Ha extendido su visión hacia terrenos donde estar en el mundo es extraño y auto desgastante y el contenido lingüístico se halla singularmente desordenado o hermético. Una de las funciones centrales de la poesía “abstracta” es tener conciencia de ella como una palpabilidad no-discursiva. Tal poesía se involucra sobre todo sin suelo firme. Ese es el “sentido de la falta de sentido”, y las perspicaces intimidades de Ashbery reafirman nuestro elaborado sentido de la seguridad de no estar seguros.

  
David Shapiro, New Wark, 1947
En John Ashbery, An Introduction to the Poetry, Columbia University Press, New York, 1979

Traducción de Silvia Camerotto©

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